Bendice, Señor, nuestra mesa.
En esta noche quisiéramos pedirte
que el mundo fuera una gran familia:
sin guerras, sin miseria, sin hambre, sin dolor.
Que este hogar, Jesús,
acoja tu palabra de amor y de pendón
y siempre estés tú presente en él.
Consérvanos unidos.
Danos durante todo el año paz y trabajo.
Danos fuerzas para ser personas justas,
comprensivas, entrañables,
comprometidas por un mundo mejor.
Eres bienvenido, Señor, siempre a esta casa.
Confiamos que Tú nos reúnas también un dÃa en tu Casa para celebrar la eterna Navidad. Amén
"Os anuncio una gran alegrÃa:
hoy, en la ciudad de David,
nos ha nacido el Salvador" (Le. 2,10-11)